Alicia Vikander en The Glorias (Julie Taymor, 2020, EE.UU.)

«The Glorias»: un autobús imparable que sigue su ruta transversal

Cartel de The Glorias (Julie Taymor, 2020, EE.UU.)Año de estreno: 2020
País de producción: EE.UU.
Dirección: Julie Taymor
Guion: Julie Taymor & Sarah Ruhl, según la biografía de Gloria Steihem, Mi vida en la carretera (My life on the road, 2015, EE.UU.)
Producción: Lynn Hendee, Alex Saks & Julie Taymor
Cinematografía: Rodrigo Prieto
Montaje: Sabine Hoffman
Música: Elliott Goldenthal
Diseño de producción: Kim Jennings
Dirección artística: Michael Auszura
Vestuario: Sandy Powell
Reparto: Julianne Moore, Alicia Vikander, Ryan Kiera Armstrong, Lulu Wilson, Gloria Steinem, Peggy Sheffield, Tom Proctor, Korbi Dean, Timothy Hutton, Enid Graham, Olivia Olson, Shalkh Sheeba, Hasina Shalkh, John Adden, Farookh Shalkh, Olivia Jordan, Terrence Clowe, Stephen Royal Phillips, Sushama Deshpande, Mangal Sanap, P.O. Doshi, Mark Rand, Katherine Barnes, Victor Slezak, David Shae, Andrew Eakle, Victoria Petrosky, Nona Jedelle Cook, Annika Pampel, John Winscher, Andre Rodriguez II, Vince Pisani, Windsor Thompson, David Harland Rousseau, Kelley Davis, Nick Basta, Bill Winkler, Deetta West, Ronalyn T. Alston, Myles Evans, Eric Mendenhall, Jim McKeny, Billie D. Merritt, Fiona Domenica, Tom Nowicki, Janelle Monáe, Samantha G. Smith, Alan Wells, Monica Sanchez, Victoria Mack, Shannon Brunson-Killian, Lorraine Toussaint, Daniel James, Lynne Ashe, Lunne Ashe, Muretta Moss, Thomas Clay Strickland, Fran Tabor, MIchael Lowry, Sean Hankinson, Katie Bell, Allie McCulloch, Bethany Geaber, Joan McMurtrey, Kimiko Gelman, Katelyn Farrugia, Behtany DeZelle, Lyndsay Kimball, John J. O’Neiil Jr., Bette Midler, John Quick, Alisa Harris, Charles Green, Nakeisha Daniel, Dennis Friebe, Angelique Chase, Margo Moorer, Ariadne Joseph, Kimberly Guerrero, Chelsea Alana Rivera, Mina Ownlee, Angela Relucio, Mo Brings Plenty, Darien Bird, Joe D. Lauck, D.W. Moffett, Leon, Chris Mayers, Jay Huguley, Alan Cassman, Andre Pushkin, Madhur Jaffrey, Andrew Hartzell, Charisse Mathews…
Distribución en España: De A Planeta

Siempre me chirrían los relatos biográficos en los que la persona en cuestión parece que comienza a caminar sabiendo exactamente todo lo que quiere ser y hacer en la vida. Una cosa son sus intenciones, que pocas veces una persona tiene claras al comenzar su periplo, otra su capacidad para conseguir la meta que se haya propuesto, y una tercera las circunstancias que le permitan llegar realmente donde pretende, siendo esta última condición la más crucial de todas. No importa tu preparación y tu predisposición, la vida sigue su propia hoja de ruta, como sabemos perfectamente gracias a este año de pandemia que ha desbaratado lo planes de todo el mundo, literalmente. Por eso me parece de lo más oportuno este diálogo a cuatro bandas que propone Julie Taymor en su reconstrucción del periplo de Gloria Steinem en el que toman parte la Gloria niña, la adolescente, la adulta joven y la adulta madura desde sus respectivas perspectivas. Cuatro personas realmente distintas, cada una con las necesidades y expectativas de las circunstancias de su tiempo y su momento.

Siempre me rechinan los fundamentalistas de la lengua, que se empeñan en demonizar la suya propia como si fuera causante del machismo del mundo, cuando todas las lenguas, en mayor o menor medida, disponen de mecanismos para diferenciar dos o incluso tres géneros, a veces hasta más. De hecho, la discriminación contra la mujer está presente en todas y cada una de las culturas, sea cual sea la lengua que hablen. El patriarcado no es una conspiración contra la mujer, sino una forma de vida que se organiza de manera espontánea con la Revolución Neolítica, de la misma manera que las diferentes religiones son la evolución de las distintas maneras de explicar los misterios de la vida cuando los seres humanos no tienen los mecanismos suficientes para entenderlos. Asimismo, si los prodigiosos avances científicos de la Edad Moderna permiten abandonar los mitos, leyendas y supersticiones para abrazar la verdad y el positivismo, la Declaración de los Derechos Humanos nos abre realmente el camino de la igualdad, marcando el comienzo de la carrera por alcanzar una utopía que el ser humano ya conocía realmente en sus tiempos más prehistóricos, pero de los que ya no se acuerda, cuando no existen todavía los complicados conceptos de persona, sociedad y cultura.

Consciente de esta complejidad, la cineasta estadounidense no se limita a una cuidadosa reconstrucción cúbica del personaje, sino que nos ilumina con una extraordinaria recomposición del movimiento feminista estadounidense, pero que muestra desde lo concreto hasta lo general, desde una perspectiva personal hasta alcanzar una dimensión universal que trasciende la lucha de sexos para abarcar el racismo, la xenofobia, el clasismo y cuantas formas de discriminación podamos imaginar. Distintas caras de una misma moneda cuyas huellas podemos encontrar tanto en ellos como en ellas, en los de arriba y en los de abajo, de norte a sur, de oriente a occidente, no hablando tanto de feminismo como de igualitarismo. La discriminación es un movimiento transversal, que no entiende ni de lucha de sexos ni de clases, como tampoco de diferencias culturales, todo formamos parte de algún grupo binario que tiende a excluir en lugar de a incluir. Un duelo a dos bandas que trasciende incluso el tiempo, porque a veces da la impresión de que seguimos enredados en la misma batalla.

Lo fabuloso del relato de Taymor es que no hace falta saber realmente quien fue Gloria Steinem, como tampoco lo que le debemos, independientemente de cual sea nuestro género, etnia, clase, cultura u orientación sexual, porque todos somos capaces de reconocer que le debemos algo. Ella misma es capaz de ver más allá de su vida personal y comprobar cómo su lucha se diversifica a medida que va incluyendo nuevas perspectivas femeninas hasta que en la actualidad podemos reconocerse en su discurso cualquier miembro de la sociedad, hasta el de género masculino. Quien más o quien menos ha tenido que hacerle un café, una tarea o incluso un favor personal a alguien cuando no era realmente su obligación. Es la tiranía del salario que no queremos perder por temor al incombustible e interminable ejército de reserva del capitalismo y porque no sabríamos cómo hacer frente a la hipoteca, al pago del coche o a la escuela del los hijos. Los de arriban se aprovechan de los de abajo y los de abajo de los nuevos, de la misma manera que el nativo del migrante o el migrante enculturado del que todavía no lo está.

Casi parece estar hecha a propósito una conexión que probablemente sea casual, como que el personaje que interpreta Janelle Monáe, la activista feminista Dorothy Pittman Hughes, sea la tía en la vida real de Gabourey Sidibe, quien se diera a conocer a través de una conmovedora película como Precious (Lee Daniels, 2009, EE.UU.), que nos muestra que aunque pensemos que esté todo hecho y las luchas contra la discriminación están superadas en la actualidad, sigue siendo necesarias para alguien, como también el feminismo, el igualitarismo, la lucha por los derechos humanos y tantas y tantas reivindicaciones que nos vuelven renovadas desde nuevas perspectivas. Tan solo nos queda el consuelo de la reflexión de la propia protagonista al respecto de que los tiempos pretéritos siempre fueron peores lo que nos cuesta reconocer porque no vivimos aquel tiempo, sino este.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.